Los avances en la ciencia, en la educación, en la tecnología, en las artes, en la academia y en cualquier rubro de conocimiento son la manera en la cual las sociedades progresan. El problema es que la mayoría de la información y los descubrimientos que se hacen a diario son de dominio privado: en editoriales y revistas académicas con un costo de acceso, en bibliotecas privadas de centros de investigación y universidades, e incluso en comunidades académicas cerradas.
Eso lo busca cambiar el movimiento llamado Acceso Abierto. Como lo define la UNESCO, se trata de la “disponibilidad gratuita en internet público, permitiendo a cualquiera leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, buscar y usar la información con cualquier propósito legal, sin ninguna barrera financiera, legal o técnica, fuera de aquellas inseparables de las que implican acceder a Internet mismo”.
En 2014 se modificó la Ley de Ciencia y Tecnología para incorporar el Acceso Abierto como estrategia nacional. Hoy en día se consolida como la Política de Ciencia Abierta, buscando pasar de la apertura de los resultados de las investigaciones, a la apertura de los procesos de investigación y desarrollo científico.
Es así como, según la OCDE, México orgullosamente se convierte en el primer y único país en tener una política pública nacional de Ciencia Abierta como una herramienta gubernamental que, con dinero público, busca acercar el conocimiento científico a toda su población. ¿Cómo se logra esto? Gracias a sus seis componentes: Programa de Revistas, CONRICYT, Programa de Repositorios, SIICYT y el Programa de Conectividad.
Una de las estrategias de Ciencia Abierta es el Programa de Repositorios que creó el Repositorio Nacional, un agregador de repositorios institucionales que, a través de su plataforma, pone en Acceso Abierto investigaciones científicas y publicaciones académicas de cualquier área del conocimiento, respetando los derechos de autor y de manera gratuita.
El CONACYT actualmente incentiva a centros de investigación y universidades públicas y privadas a interoperar con el Repositorio Nacional, dándoles un millón de pesos para su desarrollo. Las universidades privadas ya están poniéndose las pilas, abriendo en Acceso Abierto sus investigaciones y publicaciones. Tal es el caso del Tec de Monterrey, que esta semana se convirtió en la primera universidad privada en México con una Política de Acceso Abierto.
Universidades privadas como el Tec, la Ibero, la UDLAP, y públicas como el CIDE y el COLMEX ya cuentan con un Repositorio Institucional de Acceso Abierto, participando con el Repositorio Nacional para interoperar. ¿Y el ITAM? Esperamos que las autoridades de nuestra escuela vean esta gran oportunidad y participen en la Tercera Convocatoria que cierra el viernes 23 de febrero. Con un poco de esfuerzo, nuestra institución puede ser parte de este movimiento.
Así, en un futuro y a través del Acceso Abierto, lograremos tener mayor eficiencia en las investigaciones, enriquecer la educación y el conocimiento, incrementar la visibilidad, el uso y el impacto de publicaciones y estudios, así como facilitar la producción académica y la innovación científica. Todo esto apoyándonos en los “hombros de gigantes” de los que hablaba Newton, es decir, en el conocimiento previo compartido, ya que éste se construye a lo largo del tiempo.
Visita el Repositorio Nacional en repositorionacionalcti.mx
Fuente: http://blog.elsupuesto.com/internas/2018/02/la-politica-de-ciencia-abierta/