Medir el grado de acceso abierto de las editoriales académicas


Hace unos años Finlandia se propuso ser uno de los países líderes en ciencia abierta y acceso abierto y es por ello que su Ministerio de Educación y Cultura promovió la Open Science and Research Initiative, un programa de acción para el período 2014-2017 que incluía una hoja de ruta, diversas actividades y también la elaboración de diversos estudios sobre ciencia abierta, como el grado de apertura de las universidades y centros de investigación (2015), los costes globales del acceso abierto en Finlandia (2016) y también el informe sobre la apertura de las editoriales (2018) que ahora reseñamos.

El estudio ha sido llevado a cabo por la consultora finlandesa Oxford Research Oy, por Open Knowledge Finland (organización sin ánimo de lucro que promueve la difusión libre del conocimiento) y también ha contado con la colaboración de Mikael Laakso, un prestigioso investigador sobre acceso abierto a la ciencia.

El objetivo del informe es establecer un conjunto de indicadores que sirvan para evaluar de manera estandarizada cuál es el grado de apertura hacia el acceso abierto que tienen las editoriales académicas. Si se quiere evaluar el progreso en cualquier ámbito hay que disponer de indicadores y contrastarlos con la realidad de manera periódica. En este sentido, se trata de un anhelo similar al que demostró la Comisión de seguimiento sobre el grado de cumplimiento del artículo 37 de la Ley de la Ciencia (creada por la FECYT) cuando estableció un indicador para evaluar el porcentaje de acceso abierto en España.

La primera parte del informe sirve para establecer y definir los indicadores para la evaluación de las editoriales y también para detallar cómo hay que hacer para aplicarlos. Los indicadores son siete y se aplican globalmente a una editorial académica:

  • Porcentaje de revistas en acceso abierto
  • Coste de los APC (article processing charges)
  • Uso de licencias CC (Creative Commons)
  • Permisos autoarchivo
  • Facilidades de descarga del texto y los metadatos (text and data mining)
  • Apertura de las citaciones
  • Accesibilidad de las informaciones sobre acceso abierto

A cada uno de los indicadores se les asigna una puntuación que va de 0 a 3 en función del grado de apertura. Así, por ejemplo, por lo que se refiere a los costes de los APC se puntúa con 0 si se superan los 2.000 euros por artículo, con 1 (1.000-2.000 euros), 2 (500-1.000) o 3 (menos de 500 euros) y, por lo que se refiere al grado de apertura de las citaciones, la máxima puntuación se obtiene si los editores se han adherido a la Initiative for Open Citation.

Un vez establecido el instrumento de evaluación, en la segunda parte del informe se pasa a aplicarlo a nueve de los principales editores científicos: ACM (Association for Computing Machinery), ACS (American Chemical Society), Elsevier, IEEE (Institute of Electrical and Electronic Engineering), LWW (Lippincott, Williams & Wilkins), Sage, SpringerNature, Taylor and Francis, y Wiley-Blackwell. La recopilación de datos se hace por medio de la consulta a sus portales web y también en DOAJ (Directory of Open Access Journals), Sherpa-Romeo y GOAJ2 (Golden OA Journals). En esta parte se analizan un total de 158 revistas de las nueve editoriales con SpringerNature encabezando la lista (77 títulos revisados) e IEEE (que solo tiene 4), cerrándola. Estas diferencias son notables y, desde mi punto de vista, condicionan notablemente los resultados.
Las puntuaciones finales obtenidas –que pueden verse en la ilustración adjunta– son bastante dispersas y muestran un rango bastante amplio, dado que van de los 14 puntos (70 % del total de puntuación) de SpringerNature y Taylor and Francis hasta los 6 puntos de ACS (el 30 %). También se constata que la mitad de los editores no llegan a la puntuación mínima de apertura hacia el acceso abierto.

La aplicación de los indicadores en las editoriales ha sido difícil y compleja dado que hay algunas cuestiones evaluadas que no aparecen explícitamente en los portales web de los editores (y probablemente habría que determinarlas por medio de encuestas o entrevistas). También hay que tener presente que se hace una evaluación global de editoriales y no de revistas y que las editoriales pueden tener políticas y actuaciones diferentes en función de la revista, de la disciplina o del país (podría ser el caso, por ejemplo, del precio de los APC). Finalmente, ya se ha indicado que el número de revistas analizadas varía mucho según cuál era la editorial. Estas limitaciones hacen que, desde mi punto de vista, los resultados obtenidos sean tan solo exploratorios y no puedan considerarse concluyentes. Pueden ser un primer paso si se continúa con la aplicación anual de los indicadores y se llama la atención a las editoriales hacia la mejora de sus prácticas para profundizar en la edición en acceso abierto.

En resumen, se trata de un informe que abre una línea de trabajo novedosa y de interés pero que todavía no llega a propuestas concluyentes. Ya se sabe que, en el caso de los indicadores es mucho más fácil establecerlos que no extender su uso o ampliar su aceptación por parte de otras comunidades. Es por eso que el impacto de la propuesta hay que mirarla con una cierta distancia y esperar una poco más de tiempo para ver su consolidación y la utilización que se haga por parte, también, de otros agentes. En cualquier caso, es un buen comienzo.

 

Fuente: http://www.ub.edu/blokdebid/es/node/894

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